Gabriel Rosas Alemán continúa explorando los procesos de comunicación tanto de forma escrita como oral, y la transmisión de mensajes que sean cercanos a un público amplio. Para ello ha propuesto un nuevo alfabeto, signos que se comportan a manera de construcciones abiertas que pueden ser ensambladas, estructuradas y dispuestas al margen de las restricciones semánticas. Estos signos, están compuestos de distintas formas que se desdoblan como efectos materiales y presencias tangibles, la ausencia de un sentido por interpretar se traduce a consecuencias objetivas y a las más diversas especulaciones.

 

Novela es la historia de una palabra que lo enuncia todo, y que surge al sintetizar el espectro sonoro que los seres humanos hemos configurado y dividido en unidades de sentido, representado por los elementos visuales que componen los signos del alfabeto, los cuales constituyen las unidades básicas para la conformación de esta nueva palabra. Considerar esta palabra implica reconocer a la voz humana como un recurso que se puede materializar, que puede ocupar y transformar espacios, se convierte en una herramienta a disposición de los intérpretes y por lo tanto de cada individuo.

 

Novela reúne acontecimientos fragmentarios derivados de la construcción de esta palabra: diálogos, sentencias, conversaciones, narraciones, recuerdos. Es una historia de cómo los signos reclaman una cierta corporalidad, se relata una crónica de cómo las palabras renunciaron al significado pues sentían envidia de las cosas que representaban. Deslizándose de la referencialidad a la representación, de la denotación a la connotación y culminando en la enunciación transformada en construcción material.